No son las rebajas de verano ni de invierno, son las rebajas que se están produciendo y se deben seguir dando en todos los ámbitos, hasta situar el valor de las cosas en relación a los sueldos medios del país.
Ha sido una larga etapa donde nos hicieron creer que éramos ricos. Créditos sin garantías, tarjetas de crédito, hipotecas del 120% del valor de la tasación porque los precios subían cada mes. Se daban créditos a los promotores y se financiaba hasta sus importantes beneficios. Los tipos de interés eran baratos y creíamos que los puestos de trabajo eran indefinidos y que seguía faltando mano de obra.
De golpe se doblaron los intereses de las hipotecas, cerraron créditos, no se vendían pisos y el paro empezó a crecer de forma alarmante.
El sistema económico que nos han diseñado y el ciclo del dinero, nos llevan a esta situación. Se maneja la clase media, trabajadora y conformista haciéndole pasar desde un optimismo desmesurado al más duro pesimismo.
Es la hora de las rebajas. Tiempo de valorar nuevamente los inmuebles, materias primas, pertenencias y situarlos al nivel de los sueldos. El que no siga con buenos precios y calidad estará fuera del mercado. Los beneficios deben ser los justos no dos dígitos y así cada año.
Los gobiernos deben rebajar costes de sus administraciones, rebajar impuestos. Si queremos recuperar la confianza y el consumo normal se debe perseguir a los especuladores y ayudar a los que realmente crean puestos de trabajo y busquen investigación, desarrollo e innovación. No solamente con créditos al 0% sino subvencionando si es necesario.
Ah! que no se rebajen sueldos que estos no subieron (la mayoría).