Los grandes beneficios de las instituciones y fortunas personales se deben principalmente a una cuidadosa planificación del dinero líquido a largo plazo. A través de 3 fases acumulan anualmente grandes plusvalías, en un ciclo bien conocido: el rico se hace más rico y el pobre más pobre.
El orden y desarrollo de estas 3 fases es el siguiente:
Fase 1: Depósitos bancarios, bien remunerados.
Invierten en bonos y deuda del Estado-Fondos de renta fija. Es una fase sin riesgos y con tipos superiores a la inflación. Si surge algún problema el Estado responderá.
Fase 2: Mercado inmobiliario.
Compran barato lo que ellos vendieron caro en su día. Preparan nuevamente el mercado para vender caro.
Fase 3: Bolsa.
Compran barato y a través de un coordinado proceso de desinformación instrumentalizado a través de analistas y diferentes medios, crean una euforia donde el pequeño ahorrador compra en la fase más alcista, luego ellos venden.
En estos momentos nos encontramos nuevamente en la fase 1. Los ricos se salieron del tema inmobiliario y vendieron a precios inimaginables. Con el dinero entraron en bolsa a precios bajísimos y han vendido en lo más alto.
El dinero de la venta en bolsa lo han colocado en la fase 1 y ahora que el mercado dice que los depósitos son lo más seguro, van saliendo para comprar lo que antes vendieron caro a casi a mitad de precio. Así se mueve el sistema que conocemos.
Por cierto las soluciones que proponen los grandes gobiernos son para que nuevamente se siga desarrollando el proceso millonario o si no tiempo al tiempo.
Hola, José.
Me encanta tu análisis de lo tres procesos, pero no creo en manipulaciones masivas y concertadas( aunque a muchos les gustaría poderlo hacer).
Más bien creo que el ciclo de la burbujas y depresiones y vuelta a empezar, está intimanente ligado a los sentimientos del miedo y la ambición. Esto siempre ha sido así y siempre lo será, porque estos sentimientos nunca cambian ni cambiarán.
Por eso creo que la estratégia sería intentar ( aunque imposible a nivel de masa pero tal vez sí a nivel personal) que nuestra decisiones de inversión estuvieran dictadas más por la racionalidad y por los fundamentos económicos racionales, que por los susodichos miedo y ambición.
Un abrazo.
Juan Manuel
Pingback: Rebajas « Josep Bonfill Plana
Pingback: EL DURO CUATRIMESTRE 2009 « Josep Bonfill Plana