Os explicaré una anécdota muy ilustrativa sobre la dificultad de tomar decisiones.
Mi buen amigo y maestro, Javier Azkargorta, hace tiempo, sorprendió a los empresarios asistentes a su conferencia con el siguiente caso:
«Un ejecutivo se presentó al presidente de una multinacional para solicitarle un puesto en la empresa.
Entregó un currículum brillante y manifestó su deseo de dedicarse en cuerpo y alma a la empresa. Estaba tan seguro de su capacidad que sólo solicitaba un periodo de pruebas para demostrar su valía.
El presidente le encargó un primer trabajo. Se desplazaron a un matadero de gallinas, seleccionaron 2.000 y le pidió que las matara separando sus cabezas del resto del cuerpo y las depositara en diferentes canastas. El tiempo que debía emplear era de 5 horas. A la hora se presentó con el trabajo realizado. El presidente le felicitó por su efectividad y rapidez.
Al día siguiente viajaron hasta unos terrenos rústicos donde había grandes montones de estiércol. Esta vez le pidió que los esparciera por el campo sin prisa pero sin pausa. A las 2 horas había cumplido con el objetivo. De nuevo el presidente le felicitó por su profesionalidad.
El tercer día, fueron a una granja de gallinas. Le entregaron una cesta de huevos y el presidente le pidió que separara los huevos que creyese fecundados del resto.
Pasó una semana y el presidente se preocupó, pues el aspirante a directivo no se había presentado ni tenía noticias de él. El presidente se desplazó a la granja y lo encontró con un huevo a la altura de la oreja .
El ejecutivo le dijo:
-Sr. Presidente para cortar cabezas y repartir mierda soy un fenómeno pero me es muy difícil decidir»
Efectivamente, decidir es difícil pero hoy en día precisamos de políticos, empresarios y directivos que tomen decisiones valientes para afrontar la crisis que estamos padeciendo:
- Políticos que no piensen en defender su sillón, hablando sin decir nada.
- Empresarios que tomen nuevas iniciativas.
- Directivos que decidan pensando en el futuro de la empresa y no solamente en sus bonos anuales.
No estaríamos hablando de crisis y no culparíamos al sector inmobiliario y financiero de la situación actual, si gobernantes políticos y financieros hubieran tomado decisiones estratégicas a su debido tiempo y hubieran asumido sus responsabilidades. Supongo que estarían demasiado ocupados cortando cabezas y repartiendo mierda, con perdón. 😉
Hola Josep!
Quin bon exemple del que passa diariament al nostre país.
Gracies! : )